“Quiero expresarle a todos que los acompaño con toda el alma y que el sufrimiento de quienes han sido víctimas de los desmanes que se han cometido, lo comparto en lo más íntimo de mi ser, y rechazo cualquier forma de violencia o atropello a la dignidad humana y al derecho a vivir dignamente, venga de donde viniere”, señala el prelado.
En su mensaje, monseñor Ospina Leongómez pide interrogarse si todo lo que está sucediendo en el país no apunta a un fracaso social que se vine cultivando de tiempo atrás. “Una sociedad que hace rato perdió el norte moral. Una población que cree resolver sus problemas al margen de Dios”.
En este contexto, hizo un llamado en primera instancia a los sacerdotes, para que no desistan en la oración y persistan en el diálogo: “Los invito a ser puentes de diálogo, de acercamiento entre todos para oírse, para entender los reclamos, para buscar salidas, para que todos nos podamos sentir parte de la solución y no aticemos más el fuego de la intolerancia o de la discriminación”.